Aprendiendo a tapizar sillas me encuentro. Seguir cada día aprendiendo cosas nuevas para encontrarmos a nosotros mismos. Así conseguimos saber cuáles son nuestros límites. Mi primera experiencia tapicera ha sido todo un éxito y parece que no será la última. Unas simples sillas de Ikea, unas telas de la tapicera (maravillosa tienda del Rastro de Madrid) y un poquito de pintura. En un rato el comedor se convertirá en un sitio que no querrás abandonar. Entonces perdonad que no me levante.
elena
Leave a comment
Comments feed for this article